El profundo dolor que vive el fútbol femenino amateur

Solange Gatica y Camila Iturra dos referentes para el fútbol femenino amateur.
Solange Gatica y Camila Iturra, jugadoras que fueron referentes para el fútbol femenino amateur. (Foto: Facebook Gloria Reimam y Comunicaciones Desenfreno FC).

El fútbol femenino amateur en Chile ha sufrido dos golpes este 2024 con los fallecimientos de las futbolistas Solange Gatica y Camila Iturra. Lo cual ha sumido en la tristeza y en la desolación al balompié jugado por mujeres en el ámbito aficionado. Además que no es rentado en nuestro país, y que ha luchado, día a día, por su promoción y difusión.

Durante alguna reunión de amigos, allá por el 2018, me preguntaron cuál había sido el episodio más triste que había vivido cubriendo fútbol femenino. Al escuchar aquella interrogante, se me humedecieron mis ojos como respuesta a un sentimiento de pesar, y respondí, con la más absoluta sinceridad:

Cuando fallece una futbolista femenina se me carcome el alma…”

Justamente, por el mes de junio de aquel año, había fallecido una joven futbolista de Curicó Unido. Lucía Véliz, quien, a sus 18 años de edad. Se erigía como uno de los prospectos más interesantes del torneo de Primera División Femenina en Chile. Ella no solamente mostraba grandes capacidades técnicas en lo futbolístico, siendo una jugadora dúctil en el campo de juego como lateral o como volante.

Además, a su temprana edad, denostaba una fuerte personalidad, carácter y liderazgo que le permitieron ser la capitana de la escuadra de las «torteras». Sin embargo, un fulminante cáncer al pulmón acabó con su vida de manera inclemente, sin dar espacio alguno a una posible recuperación. Presencié su funeral a través de las redes sociales. El conmovedor llanto de sus compañeras de equipo. Y el duelo de su familia que no daba pie a la resignación ante la partida de su ser más querido.

Así como Lucía, otras cinco futbolistas habían fallecido estando en activo su desempeño. Diversas han sido las causas de sus respectivos decesos, desde graves enfermedades, accidentes automovilísticos hasta lamentables suicidios. Temas que no han sido cubiertos por los medios hegemónicos ya que no forman parte de su línea editorial. Pero que no son desconocidos por quienes hemos seguido día tras día los avatares del balompié femenil. Y su lucha por abrirse paso dentro del sistema que rodea al deporte más importante de nuestro país.

A la par de la realidad del fútbol femenino ANFP, que recién está comenzando a adaptarse a un profesionalismo en ciernes. Amparado por una ley muy positiva en su intención, pero que aún tiene ciertos bemoles en su estructura. Además de la lucha eterna contra un ente dirigencial que aún la percibe como un gasto innecesario, situándola en el patio trasero de sus instituciones. El Fútbol Femenino Amateur vive una existencia diferente.

Alejadas de las transmisiones televisivas, de la cobertura, aceptable o deficiente, de los diferentes medios existentes. Y sin gozar de las mieles de una promoción que va creciendo a paso sostenido. El amateurismo del FutFem existe en base a realidades muy diferentes. Rodeada de un ambiente familiar, más apegada al barrio o a representar a una población. Y casi siempre jugando por el placer de hacer deporte, estar con su grupo de amigas. O como dicen en Argentina, por el sándwich y la bebida, el fútbol femenino amateur. En Chile posee un gran desarrollo que no es advertido aún por el medio.

Aquel fútbol en estado puro, aquel amor por su camiseta, es llevado a cabo de gran manera en diversas regiones de nuestro país. Tales como Coquimbo, Valparaíso, y en casi todo el sur de nuestro país, donde se efectúan torneos regionales, provinciales y comunales muy bien organizado. Asimismo de gran calidad y competitividad. Equipos como el CSD Ovalle podrían perfectamente estar disputando algún campeonato profesional, ya que realizan un gran trabajo no solo a nivel de competencia. Sino también de formación de nuevos prospectos para el fútbol femenino ya apuntando a niveles más profesionales.

Es todo por aquello que, una de mis luchas siempre fue que se diera respuesta a la necesidad de crear una nueva competencia que uniera a los clubes profesionales. Y amateurs del fútbol femenino chileno, como una especie de Copa Chile Femenina, cuyos objetivos apuntaran a popularizar aún más el balompié jugado por mujeres en nuestro país. Y por otra parte, ampliar el espectro de competencia otorgándole una valiosa oportunidad a equipos aficionados para enfrentar. Con armas deportivas nobles, a sus pares del fútbol femenino profesional, promoviendo su práctica y difusión hacia diversas latitudes de nuestro territorio. Aunque estuviesen más apartadas de la cotidianeidad.

Sin embargo, durante este 2024. El Fútbol Femenino Amateur ha sufrido dos golpes durísimos, que han sumido a su espectro interno en un estado de profundo dolor. Dos destacadas futbolistas, de las comunas de Puente Alto y de Temuco, han fallecido por distintas circunstancias. Lo cual ha sumido en la tristeza más infinita a todo el ambiente que rodea este querido deporte. El que se disputa, de gran manera, en ambas localidades.

Solange Tania Gatica Marín tenía 36 años cuando falleció, el 22 de abril, víctima de un tumor cerebral. Semanas antes había contraído matrimonio y, desde hace un tiempo, había cobijado su fe religiosa en la iglesia evangélica. Alegre, espontánea, excelente amiga, compañera y referente del fútbol femenino de Puente Alto. En el cual jugó en uno de los clubes más importantes de la comuna como el Mirador, donde lucía sus dotes de volante mixta.

A la Choly, como sus amigas la llamaban cariñosamente, tuve oportunidad de conocerla en el lejano torneo del 2011. Cuando ella jugaba en San Marcos de Arica, que tenía su filial en Santiago. Me llamó la atención, de manera inmediata, no solo su frondoso cabello crespo. Sino también su personalidad y facilidad de comunicación, y con ella tuve un diálogo muy interesante. En aquella oportunidad, las «bravas del morro» se enfrentaban a su par femenino de Universidad Católica (partido que finalizó 1-1). En un terreno que era, literalmente, un chiquero, la famosa cancha de La Platina en la comuna de La Pintana. Con un campo cubierto con tierra y barro que pudo haber ocasionado más de una lesión grave en cualquiera de las jugadoras.

Solange fue una de las primeras futbolistas en manifestarme la necesidad de profesionalizar el Fútbol Femenino chileno. No solo para que las jugadoras recibiesen un sueldo mensual, sino que también se lograran satisfacer necesidades fundamentales. En el devenir diario de una deportista que juega el balompié y que es un ser humano integral. Como una alimentación adecuada, traslado, atención física y psicológica, indumentaria de calidad. Además de poder practicar en campos deportivos con una mantención acorde al desempeño profesional de este deporte. Con el fin de no repetir el triste espectáculo que ocurrió en aquella amarga tarde pintanina, con jugadoras lesionadas y cubiertas de barro.

La Choly fue una luchadora incansable. Y batalló día a día contra un tumor maligno durante dos años hasta que perdió la batalla en aquel aciago día de otoño. Sus restos descansan en el Cementerio de Canaán, en Pudahuel. En el cual un gran grupo de compañeras, amigas y amantes del fútbol femenino de barrio acompañaron sus funerales y dieron consuelo a sus familiares. En escenas que nos colmaron de sincera congoja.

Camila Fernanda Iturra Rojo era una destacada futbolista femenina de la ciudad de Temuco. Militaba en el club Desenfreno FC, perteneciente a la Asociación Femenina de dicha ciudad. Resaltando sus capacidades futbolísticas como una jugadora polifuncional y una de las líderes de su equipo, como así también sus virtudes personales. La Itu era una excelente compañera, que transmitía optimismo y motivación con su alegría, su empuje, su entrega y su amor por la vida. No solo en los partidos, sino en cada uno de los entrenamientos y en las reuniones post encuentro. Camila entregaba esa energía positiva y alimentaba la esperanza de que se podía lograr el objetivo propuesto si se actuaba en conjunto. Con unión y con pasión por los colores que defendían.

Camila no solo se destacaba como futbolista, sino que era una persona muy activa, multifacética. Su ser integral abarcaba muchas facetas. Entre ellas kinesióloga, profesora de patinaje, artista circense, artesana creadora de hermosos telares, cultora del yoga y del pole dance. Su espíritu pleno de dinamismo quería abarcar todas las áreas que pudiese lograr. Camila deseaba vivir la vida con intensidad, porque quería satisfacer una necesidad inmediata, ser feliz.

Esta artista de la vida, excelente hija y con una vida plena en lo afectivo. También en lo profesional, fallecía de manera inesperada en el reciente 15 de julio. Toda una región se conmovió con su muerte, y unía su voz para preguntarse porqué la vida es tan injusta. Asimismo de porqué la muerte se llevaba a alguien tan joven, tan sano y con tantos proyectos para su existencia.

El mundo observa a la muerte como un castigo. Imaginándola como una figura oscura que utiliza una filosa guadaña que sega la existencia de una persona cortándola en finas rodajas. Una herramienta que en forma impiadosa señala el punto final de un epílogo que detiene el camino recorrido. Aunque fuese breve en el tiempo. Los sentidos se consumen en la nada, el alma y el espíritu se separan del cuerpo inerte y trascienden hacia otras dimensiones. Comenzando su viaje en donde la oscuridad y el ocaso abren las puertas hacia lo intangible.

Mas tanto Solange como Camila eran seres de luz y de amor. Y no dudo que sus almas alcanzarán la entrada al paraíso y caminarán sobre verdes campos. Aunque parte de su existencia se quedará acá en este plano, seguirá acompañando y guiando a sus compañeras. Además de a sus seres queridos que en algún partido de fútbol o en cualquier cancha de nuestro Chile querido. Es menester y nuestro deber recoger y trasmitir su legado.

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