Por Sebastián Madrid
Hoy en una cuestionable decisión, el TAS levantó la sanción que pesaba al Manchester City por violación a las normas del fair play financiero. Específicamente, la evidencia publicada parecía mostrar que el City engañó a la UEFA al exagerar los acuerdos de patrocinio de 2012-16 y ocultó la fuente de ingresos vinculada a las empresas respaldadas por el estado en Abu Dhabi. La ciudad ha negado haber actuado mal. El club también está desafiando una orden de la UEFA de perder 30 millones de euros ($ 33.9 millones) del dinero de los premios de la Liga de Campeones, aproximadamente un tercio de su pago anual. (DEPOR, REDACCIÓN, 2020).
Esto último es un gran golpe a la UEFA y a su tribunal pues esta revocación de la sanción golpea a un organismo que intenta tener una “política económica ética“ con respecto a los fichajes, sin embargo da la sensación que el inexpugnable Manchester City puede comprar cuando quiera, como quiera y con un flujo de efectivo inflado de ser necesario, digo esto, porque con esta jurisprudencia nueva. A la UEFA le costara más regular el mercado de transferencias y los flujos de caja que lleguen de las empresas vinculadas a los clubes. Tampoco quiero imaginar en caso de que existiera eventualmente un caso de lavado de dinero, dejo claro que esto último, no tiene que ver con el caso del equipo «ciudadano», sino más bien como una situación probable debido a las consecuencias de este fallo.
La sanción además resulta ridícula, pues 10 millones de euros no son nada para un City que es capaz de pagar eso con “ese billete que se te queda después del carrete del domingo”; y por supuesto que la sanción no fue bien recibida por los otros simpatizantes de los equipos de la premier interesados en entrar en competiciones europeas, que mediante memes “ironizan” con la situación.
Personalmente a mí me parece una situación aberrante pero legal, pues yo como individuo no puedo negarle a alguien usar sus millones de dólares en comprar un equipo o si quiere inyectar dinero a su proyecto, pero los clubes jeques bajo mi opinión, desequilibran una brecha gigante ya existente en la Premier League entre cuadros ricos y pobres, donde el concepto de gestión se soslaya con una buena inversión de 300 millones de dólares, que si bien no garantiza una Champions, si confirma una política de fichajes predatoria hacia las instituciones de menos ingresos y que permite un nuevo “status quo” o “big six“ que por lo menos se verá mantener a largo plazo y que te respalda entrar al “big four “ de manera segura. El único rayo de luz contra el balompié árabe es el Liverpool que con un presupuesto ínfimamente menor, logró ganar la Champions por sexta vez y campeonar en Inglaterra después de 30 años con casi 25 puntos de diferencia justamente al City de Guardiola y que hace que el fallo del TAS no sea tan doloroso.
Para cerrar, el fútbol jeque te puede garantizar entrar a la Champions, pero no asegura ganarla, aunque si te puede ofrecer como garantía obtener un campeonato local.
Foto: La voz de Galicia.