Mientras la mayor parte del país está en confinamiento por causa del COVID y la gente debe quedarse en sus casas sin siquiera tener una oportunidad de juntarse a practicar deportes colectivos en espacios abiertos o en recintos cerrados, la policía uniformada de Chile se da el gusto todo este fin de semana a organizar un campeonato de fútbol en sus instalaciones de la Escuela de Especialidades de Carabineros en la comuna de Maipú.
Cuando las medidas para prevenir el alza de contagios, la más alta desde que comenzó la pandemia; indican la prohibición de reuniones sociales y actividades grupales, se restringió el derecho de la gente al deporte. Como muestra de lo que se indica, han habido detenciones por un partido de baby fútbol en varías regiones del país y con las respectivas sanciones a sus participantes. Paradójicamente, la realización de este campeonato institucional que duró todo el fin de semana simplemente burló toda norma sanitaria y a la gente que vibramos con el fútbol.
Para ejemplificar de mejor forma, al fútbol nacional en todas sus competencias oficiales tanto de ANFP como ANFA les prohiben la asistencia de público y aficionados, sumada a las estrictas normas sanitarias que deben cumplir los equipos y recintos deportivos. Ligas de futbolito han tenido que suspender para acomodarse a esta lamentable situación país. Por lo mismo se hace incomprensible que, la misma institución que debe velar por cumplir la Ley; organice un torneo con público asistente y banda de músicos incluido.
Indignante para todos quienes de alguna manera, profesional o amateur; viven y gozan del fútbol. Indignante porque los números de contagios y muertos se incrementa día a día. Indignante porque el fútbol no es el mismo sin gente tras las líneas de cal. Indignante porque el fútbol es para todos y mientras no podemos disfrutarlo en la misma cancha, quienes deben hacer cumplir la Ley, simplemente se burlan de ella.