
El conjunto inglés consiguió su primer Mundial de Clubes tras derrotar a Palmeiras dos a uno en el tiempo extra. Kai Havertz el dueño de los goles importantes. Kuscevic vio el partido desde la banca.
La sexta final entre ingleses y brasileños. Palmeiras disputaba su segunda final del mundo al igual que Chelsea y ninguno lo había logrado. Los blues querían cobrar revancha de su final ante Corinthians del 2012 y Palmeiras contra Manchester United en 1999.
El conjunto de Tuchel comenzó un poco inquieto y le costaba realizar su transición de defensa ataque. En tanto, el Verdao apretaba la salida y su defensa fue un muro para no dejar entrar a ningún delantero de Blue.
El primer tiempo solo dejó más que una jugada de peligro y el cambio de Mason Mount por Christian Pulisic.
Ya en el segundo lapso, Chelsea se demoró nueve minutos en abrir la cuenta gracias a Romelu Lukaku, tras un centro de Hudson-Odoi.
Chelsea logró romper la línea defensiva de Palmeiras y Abel Ferreira buscaba una solución para igualar el compromiso. Sin embargo, un centro a favor de los brasileños tocó en la mano de Thiago Silva y el juez cobró penal tras el rápido chequeo del VAR.
El brasileño Veiga no titubeó y marcó el empate para el conjunto Albiverde en la primera hora de juego.
Minutos de infarto se vivieron en Abu Dabi y ninguno se llevó el triunfo en los 90 reglamentarios por lo que todo se definió en el alargue. Y a tan solo tres minutos para el final, un disparo de Azpilicueta rebotó en la mano de Luan y el árbitro cobró penal.
El encargado de patear el penal fue Kai Havertz. El encargado de anotar los goles importantes y el mismo que le dio la Champions al Chelsea, logró anotar desde los doce pasos para darle un nuevo título a los de Tuchel.
Así es, Chelsea logró su primer trofeo en el Mundial de Clubes.