River Plate y Boca Juniors disputarán otra edición del superclásico del fútbol argentino el próximo domingo. En la cabeza de los planteles y, especialmente, de los hinchas, el duelo se juega desde la fecha previa.
Oficialmente, el partido entre River y Boca se jugará el próximo domingo a las 17:00 en el estadio Monumental. Sin embargo, ese duelo se juega desde antes que empezara la fecha precedente. Y se nota por el rendimiento y el resultado. Los millonarios enfrentaron como local a Banfield y, si bien dominó a su rival, no terminó de convencer a sus aficionados y solo consiguió un empate en un tanto, en forma agónica. Asimismo Paulo Díaz jugó todo el partido como uno de los chilenos por el mundo en el conjunto de la banda.
Boca, a su vez, cayó por 2-1 como visitante ante Lanús, con un rendimiento irregular. En el primer tiempo, fue superado en forma clara y contundente por el conjunto del sur del Gran Buenos Aires. En la etapa complementaria, levantó considerablemente su nivel y acorraló a su rival. Sin embargo, cuando estaba muy cerca de igualar transitoriamente, el granate aumentó la cifra en el marcador y sentenció el partido. Una última luz de esperanza se encendió entre los xeneizes con el descuento obtenido, pero ya era demasiado tarde.
Ambos hechos no son aislados ni ocurrieron por primera vez. Es normal ver un rendimiento inferior de los dos equipos más importantes de la Argentina la semana anterior a que se enfrenten. Los protagonistas como River Plate y Boca Juniors ya piensan en el partido mucho antes. Los hinchas también. Y los periodistas… más todavía. Llenan las pantallas con análisis previos interminables y, a veces, rozando lo absurdo. Las preguntas trilladas ya se escuchan sin necesidad de prender la caja boba: “¿Quién llega mejor? ¿Es decisivo para el entrenador (es indiferente si se trata de uno o de otro)? ¿A quién le va a doler más perder?”
Las frases hechas y ciertas son las que hacen alusión a lo distintos que son los clásicos y que no importa quién viene mejor. “Clásicos son clásicos”, es la muletilla del ambiente. Y por algo está. Cuando llegue el pitazo inicial, todo el espacio que se llenó en los diarios, las radios y la televisión se habrá esfumado. Las suposiciones dejarán lugar a los hechos y después de los 90 minutos (más lo que se adicione), la verdad estará en el verde césped.