
A pesar de haber llegado a la semifinal del último torneo Apertura, el club de San Lorenzo está en crisis. Sin presidente, ni entrenador, el barco está a la deriva. El futuro de la institución se ve muy oscuro.
Cualquiera que viera a un equipo entre los cuatro mejores de la primera división del fútbol argentino, pensaría en un club modelo y con una realidad institucional envidiable. Sin embargo, San Lorenzo que llegó hasta la semifinal del torneo Apertura de la Copa de la Liga, demuestra que no siempre es así.
La institución de Boedo está sumida en una crisis institucional que lleva mucho tiempo y no parece tener solución. Tras la desastrosa gestión de Marcelo Tinelli, quien estuvo más tiempo de licencia que gestionando, se suponía que, aunque sea, no iba a seguir empeorando. Parecía imposible, pero fue real.
El presidente que reemplazó al conductor de televisión, Marcelo Moretti no mostró demasiados cambios y, por el contrario, empeoró. En este momento está con licencia, debido a que fue sorprendido por una cámara oculta, recibiendo dinero por incorporar a un juvenil al club y poniéndoselo en el bolsillo sin siquiera contar los billetes. A raíz de este hecho, a pesar de que los hinchas y socios pedían su renuncia, solo pidió licencia (que está por terminarse).
En el último encuentro en el Nuevo Gasómetro, en la derrota ante Platense por 1-0, el presidente intentó entrar al palco oficial con custodia, pero tuvo que marcharse repudiado por los mimos miembros de la comisión directiva. Esa irresponsabilidad y acto de egoísmo por parte del titular del club, pudo haber desencadenado en hechos de violencia si la parcialidad azulgrana lo hubiese divisado o reconocido. Moretti no piensa renunciar y está convencido de que retomará sus funciones sin problemas.
Y sobre llovido, mojado: se quedó sin entrenador. Miguel Ángel Russo renunció tras perder con Platense para irse a Boca Juniors, en una maniobra bastante desprolija, tanto por parte de la institución «xeneize» como por parte del ex entrenador de la Universidad de Chile. A su vez, tiene un plantel corto y con problemas para cobrar. Ya hubo una protesta del plantel que no se presentó a entrenar previo al duelo contra Argentinos Juniors por los cuartos de final. La situación no es para ilusionarse.
Hace ya varios años que San Lorenzo, uno de los cinco clubes grandes de la Argentina, está en caída libre. Salvo alguna campaña aislada y con mucho esfuerzo, el rendimiento del equipo deja mucho que desear y urge una solución inmediata para revertir esta situación. La institución es hoy tierra arrasada.