Se busca “respeto” en la Selección Chilena

Matías Almeyda corre con ventaja para ser el entrenador de la Selección Chilena. (Foto: Marca).

“Si me llaman de la selección, vuelvo nadando”, declaraba en noviembre pasado el que parece ser el primer candidato para asumir la Selección Chilena, Matías Almeyda. Claro que las palabras del argentino hacían referencia a un hipotético llamado del seleccionado de su país, ¿y cómo culparlo?, si el sueño de cualquier entrenador es recibir ese llamado.

Almeyda encaja, a priori, con las características que la ANFP ha declarado busca en un técnico. “Experiencia internacional, vigencia, títulos”, son conceptos que se repiten en una improvisada terna en donde no está claro si buscan un proyecto a largo plazo, o un técnico para los dos partidos que vienen. Lista que ha tenido de todo, desde los infaltables voladores de luces como fueron los nombres de Louis Van Gaal o Rafa Benítez, que siempre deben estar para hacer creer al hincha que se está apuntando alto, hasta un grupo de entrenadores españoles que habrían sido recomendados por el nuevo flamante Director Deportivo, Francis Cagigao, español que trabajó en el Arsenal inglés y que llegó a nuestro país como una “eminencia”, pero que aun nadie entiende muy bien su labor, que por ahora, es recomendar técnicos desde un computador en una habitación de hotel.

Siguiendo con la lista, la semana pasada algunos medios daban por confirmado el arribo de Juan Manuel Lillo a la selección, español con experiencia como ayudante técnico en la última etapa de Sampaoli en Chile y en el Sevilla, además del Manchester City, donde se encuentra actualmente por petición expresa de Pep Guardiola, ya que lo considera su “mentor”. Ahora bien, la carrera de “Juanma” como entrenador no es tan emocionante, con pasos por equipos de segunda de España y algunos de Colombia, donde no logró permanecer por más de una temporada. El distinguido ex técnico uruguayo Gerardo Pelusso, al ser consultado por Lillo, hizo énfasis en una particular situación, “Pep Guardiola se llevó a Lillo y no ganó más, ya no está más en el banco. Para volver a ganar lo sacó del banquillo”, declaraciones que no necesitan mayor análisis.

La terna se cierra con otros infaltables candidatos, los técnicos argentinos, primero fue Gabriel Heinze, después se habló de Hernán Crespo, Antonio Mohamed y cierra la lista el número 1, Matías Almeyda. Una situación que a estas alturas no es llamativa, pero es justamente por eso que llama la atención, es que ningún técnico chileno estaba en la lista. Cuando empezaban a escucharse nombres como el de Ivo Basay, José Luis Sierra o Miguel Ponce para la selección, las reacciones de enojo y risas no se hicieron esperar en las redes sociales, algo así como cuando circuló el nombre del Coto Sierra para dirigir a la U, y finalmente llegó Dudamel.

Luego de la revolución de Bielsa en Chile, con un trabajo complementado por su mejor alumno, Jorge Sampaoli, se instaló en un nuestro país la idea de ser ofensivo, una idea que llevó a Chile a ganar sus primeros dos títulos continentales, de la mano de la mejor generación de jugadores en su historia. Pero que también se ha ido degradando con el pasar de los años, a tal punto que en algún momento llegamos a pensar que cualquier técnico que venga a Chile con el cartel de Bielsista debe ser exitoso, y Bielsa hay uno solo.

Nadie puede negar que en el fútbol la nacionalidad pesa, así como tampoco nadie puede desentenderse de la hegemonía de las grandes potencias futbolísticas en el continente, Brasil y Argentina son muestra de aquello, siendo protagonistas a nivel de clubes, y principales exportadores de entrenadores al mundo. En Chile lo vivimos en nuestra selección y campeonato, con gran parte de entrenadores trasandinos, pero no somos los únicos. Colombia tuvo que traer a Pekerman para repetir la hazaña de ese gran equipo que clasificó al mundial del 94¨ de la mano de Pacho Maturana, y bien les fue clasificándose el 2014 y 2018, Paraguay hoy es dirigido por el Toto Berizzo, Perú por el Tigre Gareca, el super Ecuador de Gustavo Alfaro y la lista suma y sigue porque obtienen resultados, pero las potencias sudamericanas como Brasil, Uruguay y Argentina tienen entrenadores locales, todas.

¿Y en Chile hay técnicos?

Raro sería ver un chileno dirigiendo a Uruguay o Argentina, pero más raro aun es verlo dirigiendo en Chile. Antecedentes hay, y si bien algunos no han sido los mejores, es el momento de valorar lo nuestro en esta etapa de recambio, tomándolo como una oportunidad.

Como no admirar a ídolos del fútbol de la talla de Almeyda o Crespo, figuras en sus clubes y con pasos importantes por su selección, pero como no valorar tampoco a Sierra, mundialista con Chile. ¿Las buenas temporadas del Coto o Basay no son un buen parámetro? Técnicos empapados con la realidad nacional, que saben lo que es estar a las 12 del día viendo un partido de Palestino en La Cisterna, y que conocen de primera mano a posibles seleccionados en nuestro torneo ¿deben acaso probar su capacidad internacionalmente?, ¿Dónde?, ya que, por lo visto, hacer una buena campaña en Chile no es lo suficiente para ser reconocido en otros países ni en el nuestro.

Sin dejar de lado que la responsabilidad es compartida, ya que la falta de preparación y actualización también pesa en algunos técnicos locales, hay materia prima para pensar en cortar la hegemonía de las grandes potencias partiendo por valorar lo nuestro. Muchos dicen que un técnico chileno no sería respetado en la selección, ¿Cómo va a ser respetado en la selección si antes de llegar ya es ninguneado por los hinchas? Con los pocos ídolos que tenemos, es una gran noticia pensar que Claudio Bravo está interesado en dirigir una vez retirado, a ver si lo valoramos tal y como lo hacemos con los ídolos extranjeros. Por lo pronto a esperar a Almeyda, que no vendrá nadando a Chile, pero será respetado y está demás decir que es un buen entrenador.

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