
Por Cristián Illanes.
A diferencia de la Primera División, la segunda categoría del fútbol femenino no ha podido dar inicio debido a que semanas del arranque del mismo llegó la pandemia del Covid-19 al país.
En primer lugar, recordemos lo sucedido con el estallido social del pasado 18 de octubre de 2019, el cual paralizó toda la actividad del fútbol femenino y debido a manifestaciones por parte de diferentes jugadoras del balompié profesional, se decidió otorgar el campeonato de la máxima categoría a Santiago Morning y otorgar el ascenso a Deportes Puerto Montt y Deportes La Serena como mejores ponderaciones sumando los puntajes tanto de la adulta como de la Sub-17.
Al ser un campeonato zonal, solo se entrega la posibilidad de disputar un partido entre clubes del norte, centro y sur solo en instancias de playoff para definir a los dos equipos que suben a Primera División dependiendo principalmente de las ponderaciones en donde el 70% de ésta es del puntaje de la serie adulta y el 30% restante es de la serie Sub-17, algo que debe cambiar para desarrollar seriamente el fútbol femenino en Chile.
En caso de que la autoridad sanitaria diese la autorización para el retorno del fútbol en Chile, la ANFP habría decidido reanudar la actividad en Primera División Femenina en el mes de octubre. Sin embargo, la Primera B de mujeres no regresaría en esta temporada y eso ha generado un malestar tanto en jugadoras como en cuerpos técnicos de la categoría. Sabiendo que hay clubes que jugarán su segundo año en la serie, sumando a los equipos que se integran esta temporada, este torneo debe disputarse por el desarrollo del balompié femenino.