El equipo de Liniers de Vélez Sarsfield cayó en su visita a Unión en Santa Fe por 1-0 y estiró la definición del campeonato hasta la última fecha. En la definición recibirá a Huracán, quien puede llegar con muchas posibilidades en caso de vencer a Platense. Si Talleres gana, lo alcanza.
Cuando todo parecía indicar que Vélez saldría campeón con varias fechas de anticipación, el paso de las fechas revirtió todo ese panorama. Entre un poco de mala suerte, una baja considerable en su nivel y la posterior pérdida de confianza, Vélez se está cayendo, a pesar de que aún depende de sí mismo en la última fecha.
Unión, que estaba necesitado de triunfos, salió a buscar el partido y le puso las cosas muy difíciles desde el principio. El trámite fue de ida y vuelta, puesto que los de Liniers también intentaron llevarse un triunfo que podría haberlos llevado a ser campeones en esta fecha.
Los santafesinos fueron superiores, sin embargo, los del oeste de la ciudad de Buenos Aires también tuvieron sus situaciones claras y hasta un penal muy claro a Francisco Pizzini que el árbitro Darío Herrera ignoró en todos los aspectos, ni siquiera fue contemplado por el VAR. Cuando Unión estaba un poco más cerca, un poco por mérito y otro tanto por mala suerte de Vélez, se puso en ventaja con un gol en contra de Elías Gómez. Ese golpe derribó por completo a los de la V azulada y sentenció su suerte en esta fecha: no va a ser campeón en esta jornada.
Ahora los de Liniers, reeditando el campeonato de 2009 y alimentando el morbo de todo el ambiente futbolístico argentino, definirá con Huracán en su cancha. La diferencia es que aquella vez, quien dependía de sí mismo era el equipo de Parque de los Patricios. Si Talleres gana en La Plata ante Gimnasia mañana, cordobeses y porteños dependerán de sí mismos y de otros. No es utópico pensar que la T pueda llevarse los 3 puntos en la ciudad de las diagonales. Huracán recibirá en el estadio Tomás Adolfo Ducó a Platense, con quien tiene una rivalidad histórica y no la tendrá fácil.
Vélez sigue puntero pero se complica
Vélez era, hasta hace muy poco, el mejor equipo del campeonato por lejos. Hoy es el puntero, sin embargo, no tiene pinta de campeón. Hoy, los de Liniers son un gigante con los pies de barro, aún están en la cima, pero en el final tambalea más que nunca. Quien observa el campeonato desde un par de fechas atrás no entiende que esté puntero. El que lo siguió desde el principio, sabe por qué y hasta cree que merece dar la vuelta olímpica. ¿Puede ser campeón? Sí. ¿Puede serlo jugando así? Es complicado.
Gustavo Quinteros, el entrenador velezano, deberá trabajar esta semana más en la parte mental que en la técnica o táctica. Necesitará de tener la cabeza fría y el corazón caliente para consagrarse como campeón. Tanto el observador externo, como el hincha de Vélez, se hacen la misma pregunta: ¿Realmente quiere ser campeón?