Muriel Rodríguez, jugadora de Lautaro de Buin de la Primera B Femenina, contó sus inicios en el fútbol, su pasó por diferentes clubes y señaló sus deseos e ilusiones en el balompié.
La volante de creación es la que domina el medio campo en su equipo, ya que con su técnica, mentalidad y proyección de juego la ha llevado a estar en diferentes clubes, entre ellos: Club Ñuñoa Fem, Audax Italiano 14 a 17 años, Deportes Caleiro, Campo de Batalla, Vitesse Fútbol 7 y Unión La Calera. Actualmente y con apenas 22 años, juega para Lautaro de Buin. Además, Muriel Rodríguez fue parte de la Selección Sub 17.
A continuación Muriel Rodríguez respondió el cuestionario de PDH.
¿Cómo llega el fútbol a su vida?
R: Mi familia siempre ha sido futbolera. Por parte de mamá todos son hinchas de la U y por parte de papá todos del Colo.
Cuando era pequeña veía a mis tíos jugar en canchas de tierra allá en el sur, aunque a ellos no les gustaba que jugara, ya que decían que no era para mujeres y me podían hacer daño, sin embargo, igual me iba a la cancha a jugar.
¿Practicó otras disciplinas antes que el fútbol?
R: Estuve en un colegio donde las mujeres tenían que jugar básquet y los hombres fútbol, así que practicaba básquet pero no era lo que me gustaba. Luego conocí a una niña que me invitó a karate, pero no era lo que yo quería. Un día el papá de ella, que es kinesiólogo de una escuela de fútbol en Ñuñoa, me dijo que había una escuela femenina y se ofreció a llevarme al estadio y traerme. Ya al otro día mi abuela me compró mis primeros zapatos de fútbol.
¿En cuántos clubes ha estado?
R: He pasado por varios clubes. A nivel amateurs y profesionales he tenido pasos por Audax Italiano, Unión La Calera y actualmente en Lautaro de Buin.
¿Cómo fue su experiencia en la Selección Sub 17?
R: Fue enriquecedora. Aprendí mucho del fútbol. Aprendí a que sí uno se esfuerza, lucha con responsabilidad y perseverancia puede lograr lo que quiera.
Los profesionales que estuvieron en ese proceso me ayudaron bastante, me aconsejaban cada vez que podían y me alentaban a seguir siempre adelante.
¿Por qué se da su salida en la Unión La Calera?
R: Buscamos ayuda y apoyo del club cementero, ya que como bien se sabe el fútbol femenino funciona con autogestión en varios clubes. Nosotras teníamos que pagar indumentaria, implementación y canchas para poder entrenar.
Nuestras profesoras Paola Mendoza y Karla Ravera viajaron a buscar ayuda al estadio Nicolás Chahuán para poder hablar con dirigentes y nunca estuvieron disponibles.
Luego en pandemia todo cambio, nuestro cuerpo técnico nunca nos abandonó, seguimos entrenando, pero aun así no teníamos respuesta de nada. Habían jugadoras que se encontraban muy mal económicamente. Pasó un tiempo y tuvimos donde ahí se dijo que ya no podíamos aguantar el nulo reconocimiento y la nula ayuda por parte del club, en ese momento se toma la decisión de buscar otro camino.
¿Cómo se da su llegada en Lautaro de Buin?
R: Y ese camino fue Lautaro de Buin. Nos dijeron que seguiríamos el mismo proyecto de lo que veníamos haciendo, pero con mejores condiciones. Fuimos a una presentación con el presidente del club donde nos reconocieron como jugadoras.
¿Usted trabaja o estudia?
R: Estudio preparación física para poder crecer en lo que amo. Trabajo como preparadora física de la categoría sub16 en la academia de Lautaro de Buin. Lo hago para poder pagarme los estudios, comprar mercadería, pagar arriendo, gastos comunes, en definitiva, para poder vivir.
¿Cuáles metas o sueños le falta por alcanzar?
R: Mi mayor sueño es tener un campeonato nacional. También, volver a tener un llamado a la selección y lograr jugar afuera de Chile.
¿Qué le diría a todas las niñas que quieren iniciar en el deporte?
R: ¡Sigan sus sueños!
Sueñen con qué lograrán estar en el equipo de sus amores, no se rindan jamás y disfruten el fútbol.
Cuando era pequeña soñé jugar fútbol en un equipo, hacer goles, abrazar a mis compañeras y ahora lo vivo, lo respiro, lo respeto y amo el fútbol.