Fútbol Joven en Chile comparado con otros países que poseen menor población

Por Cristian Illanes

Pese a tener una menor población a la de Chile, países como Uruguay, Croacia o Portugal han sido capaces de trabajar sus selecciones menores y la base de su seleccionado adulto juega en el extranjero.

En primer lugar, Uruguay es un ejemplo en cómo se trabajan las selecciones menores ya que año a año salen nuevos futbolistas de las respectivas categorías inferiores de sus respectivos, las cuales nutren de gran manera las escuadras juveniles y suman nuevos jugadores a la base del combinado charrúa que, pese a que la población de Uruguay es de 3,4 millones de habitantes, siempre incorpora nuevos jugadores debido al gran trabajo realizado por Fabián Coito quien no por nada llamó la atención de la Selección de Honduras para que se hiciese cargo del elenco catracho. Sin dudas, Uruguay es un claro ejemplo en la formación de jugadores y no por nada ha clasificado a los tres últimos mundiales manteniendo una base pero sumando futbolistas como José María Jiménez, Nahitan Nández, Lucas Torreira, Rodrigo Betancourt y Federico Valverde, este último ya consolidándose en el primer equipo del Real Madrid.

Croacia es otro modelo para aplaudir; pese a que su población es de 4 millones de habitantes, año a año saca nuevos jugadores que son contratados por los principales equipos del fútbol europeo. Luka Modric ha sido el referente del fútbol croata en la última década, pero nuevos jugadores se están sumando a la base de la selección «Vatreni» como Dominik Livakovic, portero de 25 años quien ya es toda una realidad en la portería de su combinado en donde fue parte de la convocatoria que obtuvo el subcampeonato mundialista ante Francia en el mundial de Rusia 2018 y es titular indiscutido en el Dinamo Zagreb con quien ha disputado más de 100 partidos considerando todas las competencias oficiales. Además de ser el equipo más ganador en la historia del fútbol croata, el Dinamo Zagreb es considerado como una fábrica de talento ya que, además del mencionado Luka Modric, en este equipo han surgido futbolistas como Dejan Lovren, Vedran Corluka y Milan Badelj, además de íconos del balompié «ajedrezado» como Zvonimir Boban y Robert Prosinecki.

Otro ejemplo que podemos observar es Portugal que pese a tener una población de 10 millones de habitantes es otro país que saca nuevos jugadores año a año; sabemos que los clubes más importantes del fútbol portugués, los cuales son Porto, Benfica y Sporting de Lisboa, no componen la base de la selección lusitana, pero en los últimos años han surgido futbolistas que han nutrido de gran manera la base de la escuadra lusa que es encabezada por Cristiano Ronaldo; un jugador que podemos mencionar es Rúben Neves, quien debutó en el Porto a los 17 años bajo las órdenes de Julien Lopetegui, quien ese entonces dirigía al cuadro de do Dragao, y hoy es una realidad siendo pieza crucial en el Wolverhampton de la Premier League, además de ser considerado en la escuadra portuguesa con quien logró ser campeón de la Liga de Nacionales 2018-19. Además, en la presente temporada ha surgido Luís Maximiliano, portero de 21 años quien debutó en la presente temporada con el elenco de los «Leones» y se ha convertido en uno de los guardametas a seguir del balompié portugués ya que distintos cuadros de Europa desean hacerse con sus servicios, pero lo más probable que pronto lo veremos cubrir los tres palos de la portería del «Equipo de Los Escudos».

Estos países han sido un ejemplo en cómo formar jugadores y no por nada la base de sus selecciones la componen futbolistas que se encuentran en los equipos de las mejores ligas del mundo, lo cual nos hace plantear la pregunta ¿por qué Chile, que tiene una población de casi 18 millones de habitantes, no ha sido capaz de formar nuevos futbolistas que sean realidad para la selección? Podemos decir simplemente que no se trabaja enserio en el balompié formativo, pero esto pasa por muchos factores como la poca continuidad en el proceso desde la Sub-15 hasta el combinado adulto que no va siempre acompañado por los clubes. Han surgido jugadores como Benjamín Kuscevic, Tomás Alarcón e Ignacio Saavedra, sumando a Marcelino Núñez quien no por nada se ha ganado la confianza de Ariel Holan para ser parte de la plantilla de Universidad Católica, pero la verdad es que no hay seriedad al momento de trabajar la formación de sus jugadores que es en lo futbolístico como en lo emocional.

Sin dudas, hay mucho trabajo que hacer y si hay algo que debe terminar, tanto en el fútbol masculino como en el femenino, es el centralismo al momento de buscar jugadores porque en regiones, barrios y poblaciones de distintas ciudades del país pueden estar futuros jugadores que lamentablemente no son tomados en cuenta no solo por su estatus social, sino que al momento de realizar pruebas masivas o  en la continuidad en la serie de fútbol joven para una próxima temporada son rechazados por la estatura sin enfocarse en la técnica que se va trabajando desde la iniciación en el balompié. Además, a los jugadores se les forma no solo en sus características técnicas, también se les trabaja en ámbitos como en el trato con los medios de comunicación, el factor psicológico y las relaciones interpersonales que son muy importantes al momento de formar futbolistas. No hay que quedarse con opiniones que se mencionan en televisión, sino que hay que realizar un seguimiento constante del fútbol joven para que éste pueda mejorar en muchos aspectos teniendo en cuenta el biotipo del jugador nacional, la técnica del futbolista, en otras cualidades que se van trabajando desde la primera etapa hasta la maduración del deportista que llega a los 25 años ya que su proceso formativo no finaliza cuando termina categoría en la Sub-20, sino que ir adquiriendo experiencia le permitirá desarrollarse como jugador en el fútbol de alto rendimiento.

Países como Uruguay, Croacia y Portugal han sido un ejemplo de cómo trabajar las series menores, ahora es momento de que Chile cree un proyecto de fútbol joven que siga una línea de trabajo con el objetivo de formar jugadores que sean alternativas constantes para la selección adulta. El recambio no llega con una generación que logra una gran actuación en un mundial juvenil, el recambio se trabaja constante con un proyecto en cada uno de los ámbitos del balompié teniendo en cuenta que la iniciación ideal es que parta a los ocho años de edad porque es en la etapa en donde los jugadores desarrollan tanto los patrones motores como los fundamentos técnicos de la conducción, tiro, control, control orientado y pase para que después en cada etapa trabaje tanto lo defensivo como lo ofensivo en buscar una posición ideal para el jugador e ir desarrollando distintos aspectos como el psicológico y las relaciones interpersonales en un equipo de fútbol respectivamente.

Foto: Fútbol Joven Chile.

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