El 10 de septiembre del 2024 en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, quedara en el recuerdo colectivo, porque todos los temores del cuadro chileno se hicieron presente en el terreno de juego del coliseo ñuñoíno, la selección nacional mostro una de sus peores versiones históricas. La oncena que paró Gareca, se desmoronó y chocó con una selección boliviana, que con un equipo del medio local y joven, destruyó las pretensiones nacionales de ir al mundial del 2026.
Analizar el momento de «La Roja» y de fútbol chileno es complejo, una nota o columna de opinión se queda muy corta. Lo que se vio ayer en la cancha fue un equipo sin identidad, desalmado y sin un plan claro para ir en busca de los tres puntos.
Bolivia motivado por su goleada a los venezolanos por 4-0, en el Municipal del Alto. Se plantó de manera inteligente en Santiago y con mucho coraje, el equipo que promedia 24 años en su plantel, se llevo por delante a los chilenos, que nunca encontraron una respuesta a la propuesta altiplánica.
La debacle de los chilenos
En la previa el planteamiento del «tigre» era ofensivo y con dos delanteros, se buscaba dejar las tres unidades en «casa». Muy lejos de esas pretensiones, el golpe de realidad llego temprano en el partido, Carmelo Algañaraz (13´), abrió la cuenta tras un centro de Roberto Fernández, el Nacional se silencio.
El plan de Oscar Villegas comenzaba a dar resultado, la banca técnica de Ricardo Gareca, hizo un cambio desesperado e inentendible al minuto 35´, salió Ben Brereton y entró Vicente Pizarro. Con esto el estratega argentino hacia un «volantazo» de vuelta al esquema que a el siempre le ha agradado, el dogmático: 4-2-3-1.
Minutos mas tardes de la salida del jugador del Southampton, específicamente en el 38´, luego de la lesión del portero, Carlos Lampe. Eduardo Vargas, anotaría el 1-1 parcial, con el arco vacío. Sin embargo, apenas se reanudo el juego, Miguel Terceros, asistido por Fernandez nuevamente, sentencio el partido con un 2-1 inapelable.
En el segundo tiempo, Chile chocó con el murallón verde, que lejos de meterse en su propia área, defendía plantado en su mitad de terreno con mucha inteligencia, los de Gareca, jamás lograron vulnerar el cerrojo altiplánico.
¿Qué dejó esta doble fecha de eliminatoria?
Las conclusiones que se pueden sacar de estos partidos son casi todas negativas, repetir algo de lo que hizo en Argentina o contra Bolivia, sería una autodestrucción. Pero la mirada tiene que estar puesta en el futuro, el «tigre» tiene un mes completo para pensar en dar vuelta una situación adversa y que solamente la cambiaría el sacar puntos ante rivales, en el papel, superiores, como lo son: Brasil y Colombia.